Usar un tubo centrífugo es rápido y fácil.
Comience por determinar el tamaño de tubo requerido para su proceso. Algunas centrífugas son adecuadas para tubos de ensayo pequeños que pueden contener 15 ml, mientras que otras pueden contener 50 ml. Incluso hay tubos de microcentrífuga para procesos tan pequeños como 0,5 ml. ¡La centrifugación es importante para muestras de todos los tamaños!
Llene el tubo de ensayo con muestras y cierre la tapa firmemente. La selección de muestras requiere rotación para asegurar la velocidad de rotación requerida y la cantidad de tiempo para la separación.
Coloque los tubos en lados opuestos de la centrífuga. Si tiene un número impar de muestras, llene el tubo de centrífuga con agua e insértelo según sea necesario. Esto mantendrá el equilibrio centrífugo.
Asegúrese de que la tapa de la centrífuga esté firmemente cerrada y girando. Una vez hecho esto, la muestra se recoge y se coloca en un soporte para tubos centrífugos para su transporte.